Los talentos nos han de llevar a arriesgar, a jugárnosla, a salir. No sólo se trata de conservar con cuidado lo que hemos recibido. Hace falta el impulso misionero, el frescor de una vida entregada.
Buenas noches Padre, no quiero dejar el día sin enviarle un comentario de esta homilia tan importante y reveladora para todos los que caminamos a oscuras por este mundo en el que tanta falta nos hace las «cerillas encendidas» por aquellas personas que nos orientan en el camino de vuelta a casa.
Nunca he visto una lupa con tripode (parece que se utilizaron en la marina para ver cartas naúticas). Como simil para dar sentido a parte de sus comentarios me ha parecido muy ocurrente.
Que gran verdad es las de cada día existe una mayor desproporción entre el conocimiento de la ciencia, la tecnología y los enormes avances de nuestro mundo y el cada vez menor conocimiento que tenemos de nuestra propia vida.
En nuestro «enloquecimiento» humano creemos que nuestros talentos han sido generados gracias a nuestra capacidad e inteligencia, sin querer reconocer que ellos nos han sido facilitados gratuitamente por Dios.
El escultor, el pintor, el músico, el arquitecto nacen gracias a los dones que Él les otorgó en la cuna, luego eso si tras periodos de estudios y entrega personal necesarios para la adquisición de las técnicas precisas para desarrollar sus facultades innatas.
Que pocos reconocen esta realidad. Cuantas veces vemos en la vida de esas grandes figuras posicionamientos llenos de un antipático orgullo sin darse cuenta que una gran aparte de su éxito humano ha sido posible gracias a los dones gratuitamente recibidos.
La frase de la Madre Teresa de Calcuta sobre la costumbre tan española de criticar a todo lo que se mueva, me ha parecido espléndida. «si dedicas tú tiempo a ser mejor no tendrás tiempo para criticar a los demás». Si esto se aplicase seriamente que harían esas televisiones que viven gracias al descubrimiento de lo más penoso del ser humano destrozándose unos a otros.
Le estoy Padre Carlos muy agradecido a todos sus esfuerzos en hacernos llegar todos los Domingos estas documentadas homilías que nos hacen pensar en como ser mejores viajeros en el viaje de nuestra vida con la alegría de saber que caminamos hacia otra mejor.
Un fuerte abrazo
Pepo
Buenas noches Padre, no quiero dejar el día sin enviarle un comentario de esta homilia tan importante y reveladora para todos los que caminamos a oscuras por este mundo en el que tanta falta nos hace las «cerillas encendidas» por aquellas personas que nos orientan en el camino de vuelta a casa.
Nunca he visto una lupa con tripode (parece que se utilizaron en la marina para ver cartas naúticas). Como simil para dar sentido a parte de sus comentarios me ha parecido muy ocurrente.
Que gran verdad es las de cada día existe una mayor desproporción entre el conocimiento de la ciencia, la tecnología y los enormes avances de nuestro mundo y el cada vez menor conocimiento que tenemos de nuestra propia vida.
En nuestro «enloquecimiento» humano creemos que nuestros talentos han sido generados gracias a nuestra capacidad e inteligencia, sin querer reconocer que ellos nos han sido facilitados gratuitamente por Dios.
El escultor, el pintor, el músico, el arquitecto nacen gracias a los dones que Él les otorgó en la cuna, luego eso si tras periodos de estudios y entrega personal necesarios para la adquisición de las técnicas precisas para desarrollar sus facultades innatas.
Que pocos reconocen esta realidad. Cuantas veces vemos en la vida de esas grandes figuras posicionamientos llenos de un antipático orgullo sin darse cuenta que una gran aparte de su éxito humano ha sido posible gracias a los dones gratuitamente recibidos.
La frase de la Madre Teresa de Calcuta sobre la costumbre tan española de criticar a todo lo que se mueva, me ha parecido espléndida. «si dedicas tú tiempo a ser mejor no tendrás tiempo para criticar a los demás». Si esto se aplicase seriamente que harían esas televisiones que viven gracias al descubrimiento de lo más penoso del ser humano destrozándose unos a otros.
Le estoy Padre Carlos muy agradecido a todos sus esfuerzos en hacernos llegar todos los Domingos estas documentadas homilías que nos hacen pensar en como ser mejores viajeros en el viaje de nuestra vida con la alegría de saber que caminamos hacia otra mejor.
Un fuerte abrazo
Pepo