Jesús hoy nos anima a perseverar en el amor. Él siempre está a nuestro lado. Y nos enseña a mantener nuestro sí en la oscuridad. Nunca nos deja. Pase lo que pase, hagamos lo que hagamos. No tenemos que ser exitosos para que nos ame, no tenemos que llevar ante Él todo bien hecho para que nos felicite. Él nos abraza tal como somos y está deseando que le abramos la puerta en el dolor para calmarnos, para que descarguemos todo en Él. Y, en esos momentos, Él será la roca que nos sostendrá y nos ayudará a sostener a otros.
XXXIII Domingo Tiempo Ordinario
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