El ruido del valle es el bullicio de nuestra propia vida, llena de pequeños y grandes problemas, llena de urgencias y necesidades. Es el ruido que no nos permite saber qué cosas pueden cambiar en todo lo que hacemos. El tiempo de Cuaresma nos anima a buscar el silencio. En el monte encontramos paz. ¿A qué monte podremos subir para ver, con algo de distancia, aquello que en el día a día nos inquieta tanto?
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