Queremos creer en nuestro futuro. Confiar en nuestras fuerzas. Perdonarnos y volver a comenzar. Creer en la belleza de nuestra vida. Vivir agradecidos, no exigiendo que nos amen.
Feliz y entrañable Semana Santa. Me ha llegado muy hondo esta homilía del Domingo de Ramos. La he saboreado y meditado. Hay momentos, renglones y frases, conmovedores.
Le sigo todas las semanas y me hace mucho bien.
Aprovecho para decirle que,desde mi tierra gaditana, tuve que desplazarme a Madrid hace dos semanas y fuí a C/ Serrano 97. Ardía en ilusión por conocer ese entorno tan maravilloso. Estuve un ratito con nuestra Madre, pero mi deseo de conocerle personalmente y saludarle quedó frustrado ya que no vi a nadie.
Otra vez será.
Que Dios le bendiga querido padre Carlos.
Últimamente me atrae mucho Pedro. Pienso en su negación y en que horas antes, en el huerto de los olivos si que parecía que diera su vida por el Señor. En el huerto no le negó, es mas, se apresuró a hacer una cosa temeraria por salvarle. Parece la entrega hasta el extremo. Ante esa actitud, JESUS «le reprende». El «pronto» de Pedro en el huerto, es su forma de ser, su originalidad. Su fortaleza y su debilidad a la vez. Pedro se entrega con todo su yo. Incluso después de esto, es de los únicos que le siguen en su proceso. Pero ¿ como defenderle después , si de la forma que sabe hacerlo, no es la adecuada, si aun no sabe hacerlo de otro modo?. Todo ello me hace pensar. No debía salvarle, solo acompañarle, pero aun no lo ha entendido. Como yo, no debo salvar a nadie, solo acompañar, y muchas veces tampoco lo entiendo. A Pedro, aun estando muy cerca del señor, le faltaba esa mirada de misericordia con todos. Me recuerda que no debo sentirme nunca tan cerca del señor como para acomodarme a mi debilidad, aun sintiendo que estoy allí a Su lado. Me recuerda que a pesar de no entender mucho es bueno seguir siempre al lado del Señor, aun habiendo caído y negándole muchas veces. Me recuerda, por cuantas veces me digo a mi misma, » si no puedes hacerlo bien, mejor no lo hagas» . Pedro, podría haberse quedado con los otros discípulos, no haberle seguido, y seguro no hubiera pecado. Pero………… Pedro tuvo la mirada de Jesús, y en la mirada le salvo. La mirada lo convirtió. Yo quiero esa mirada de Jesús, la tengo bastantes veces, y me recuerda que me alegra luchar y caer, aunque debo crecer en no acomodarme en mi debilidad. Me recuerda que si me descubro escondida por miedo, siempre estoy a tiempo de ir cerca de El. Que su mirada me busca si no estoy.
Gracias por esta homilía que suscita tantas cosas.
Feliz y entrañable Semana Santa. Me ha llegado muy hondo esta homilía del Domingo de Ramos. La he saboreado y meditado. Hay momentos, renglones y frases, conmovedores.
Le sigo todas las semanas y me hace mucho bien.
Aprovecho para decirle que,desde mi tierra gaditana, tuve que desplazarme a Madrid hace dos semanas y fuí a C/ Serrano 97. Ardía en ilusión por conocer ese entorno tan maravilloso. Estuve un ratito con nuestra Madre, pero mi deseo de conocerle personalmente y saludarle quedó frustrado ya que no vi a nadie.
Otra vez será.
Que Dios le bendiga querido padre Carlos.
Últimamente me atrae mucho Pedro. Pienso en su negación y en que horas antes, en el huerto de los olivos si que parecía que diera su vida por el Señor. En el huerto no le negó, es mas, se apresuró a hacer una cosa temeraria por salvarle. Parece la entrega hasta el extremo. Ante esa actitud, JESUS «le reprende». El «pronto» de Pedro en el huerto, es su forma de ser, su originalidad. Su fortaleza y su debilidad a la vez. Pedro se entrega con todo su yo. Incluso después de esto, es de los únicos que le siguen en su proceso. Pero ¿ como defenderle después , si de la forma que sabe hacerlo, no es la adecuada, si aun no sabe hacerlo de otro modo?. Todo ello me hace pensar. No debía salvarle, solo acompañarle, pero aun no lo ha entendido. Como yo, no debo salvar a nadie, solo acompañar, y muchas veces tampoco lo entiendo. A Pedro, aun estando muy cerca del señor, le faltaba esa mirada de misericordia con todos. Me recuerda que no debo sentirme nunca tan cerca del señor como para acomodarme a mi debilidad, aun sintiendo que estoy allí a Su lado. Me recuerda que a pesar de no entender mucho es bueno seguir siempre al lado del Señor, aun habiendo caído y negándole muchas veces. Me recuerda, por cuantas veces me digo a mi misma, » si no puedes hacerlo bien, mejor no lo hagas» . Pedro, podría haberse quedado con los otros discípulos, no haberle seguido, y seguro no hubiera pecado. Pero………… Pedro tuvo la mirada de Jesús, y en la mirada le salvo. La mirada lo convirtió. Yo quiero esa mirada de Jesús, la tengo bastantes veces, y me recuerda que me alegra luchar y caer, aunque debo crecer en no acomodarme en mi debilidad. Me recuerda que si me descubro escondida por miedo, siempre estoy a tiempo de ir cerca de El. Que su mirada me busca si no estoy.
Gracias por esta homilía que suscita tantas cosas.