Dios siempre me acompaña cuando sufro y sabe sacar algo bueno de una desgracia. Sabe sacar luz de la oscuridad. Y risas del llanto. Creo en ese Dios que se abaja a mi vida a buscarme.
Muchas gracias Padre Carlos por la Homilia. Me ha gustado mucho. Me ayuda.
Hecho a medida
Gracias
Un abrazo enorme
Una vez más, la homilía del Padre Carlos parece especialmente a mi dirigida; el amor como la única vara de medir por la que se nos juzgará. Tantas y tan bonitas cosas nos ha dicho que sólo el enumerarlas haría interminable este escrito.Sólo puedo detenerme en una que me ha tocado muy en el fondo: «Que pena nos da, cuando una persona se nos ha ido, sin que pudiéramos decirle cuanto la queríamos». En mi caso así es, pero me estoy consolando, y ya han pasado mas de dos años, al decírselo ahora todos los días; además sé que a ella le gusta que lo haga y que no se cansa de oirmelo, ni me considera pesado o repetitivo. Pienso que dejamos de repetir esas cosas, al cabo de algunos años de estar juntos, pues la rutina y las preocupaciones y sobre todo nuestra condición humana nos van diciendo que no hace falta demostrarlo y decirlo como en los primeros tiempos; pero que equivocados estábamos. El amor hay que decirlo y demostrarlo siempre.
Muchas gracias Padre Carlos por la Homilia. Me ha gustado mucho. Me ayuda.
Hecho a medida
Gracias
Un abrazo enorme
Una vez más, la homilía del Padre Carlos parece especialmente a mi dirigida; el amor como la única vara de medir por la que se nos juzgará. Tantas y tan bonitas cosas nos ha dicho que sólo el enumerarlas haría interminable este escrito.Sólo puedo detenerme en una que me ha tocado muy en el fondo: «Que pena nos da, cuando una persona se nos ha ido, sin que pudiéramos decirle cuanto la queríamos». En mi caso así es, pero me estoy consolando, y ya han pasado mas de dos años, al decírselo ahora todos los días; además sé que a ella le gusta que lo haga y que no se cansa de oirmelo, ni me considera pesado o repetitivo. Pienso que dejamos de repetir esas cosas, al cabo de algunos años de estar juntos, pues la rutina y las preocupaciones y sobre todo nuestra condición humana nos van diciendo que no hace falta demostrarlo y decirlo como en los primeros tiempos; pero que equivocados estábamos. El amor hay que decirlo y demostrarlo siempre.