III Domingo Tiempo Ordinario
No pretendamos nivelar, ni igualar. La originalidad es el camino concreto que Dios marca a cada uno. Potenciando la fuerza interior que Dios nos ha confiado. Respetando diferentes formas de ser.
No pretendamos nivelar, ni igualar. La originalidad es el camino concreto que Dios marca a cada uno. Potenciando la fuerza interior que Dios nos ha confiado. Respetando diferentes formas de ser.
¡Qué sano es entonces aprender a decidir por nosotros mismos! Podemos pedir consejo, pero al final decidimos nosotros. Que es lo que importa. Decidir nos hace más felices.
Ojalá esta Navidad me haya dejado el alma llena de asombro y alegría, de paz y esperanza, de generosidad y sueños. Ojalá me haya hecho más niño y más pobre; adorando, postrado, ante Dios.
Hay personas que son estrellas que nos llevan a Jesús, que ponen una escalera para llegar hasta el cielo. Para que Dios baje y se ponga a nuestra altura.
Sueño con que ese amor de Jesús me haga capaz de amar. De sentir como Él sentía. Capaz de llorar y reír, de quedarme y partir. De estar atento al dolor ajeno. Preparado para perder la vida. Sin seguros.
María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.