Domingo de la Sagrada Familia
El amor de Dios excede los límites de mi alma que tantas veces se conforma con tan poco. Supera toda capacidad humana y nos alegra. Nos acercamos como niños a su inmenso mar de misericordias.
El amor de Dios excede los límites de mi alma que tantas veces se conforma con tan poco. Supera toda capacidad humana y nos alegra. Nos acercamos como niños a su inmenso mar de misericordias.
Y Dios se hizo hombre…y caminó entre nosotros.Se abre el portal para nosotros.
Jesús viene a cambiarnos la vida. Viene a quitarnos cosas, comodidades, satisfacciones, para lograr vaciarnos. Y así, una vez vacíos, estamos en disposición de acogerle a Él.
Mirando hacia delante, en el umbral de un siglo, me preguntaba, ¿cómo sueño el Schoenstatt de los próximos cien años? La misión que tenemos por delante es muy sencilla. Es la misión de María. Ella, llena de gracia, llena de Dios, se puso en camino. Ella, alegre por el Señor, quiso compartir su alegría. ¿No […]
Ahora sólo puedo agradecerle a Dios que el camino que tengo es el mejor, mi mejor Belén en el que nace Dios. Aquí, en mi realidad, donde vivo, en mi pobreza. Aquí, con mis límites, con mi amor torpe.
Tres símbolos para este Adviento: un marco de la virgen peregrina, unas manos, una cruz de madera de olivo. ¿Cuál es mí símbolo para este Adviento?
Adviento tiene mucho de gratuidad. Poco de derecho. Dios se nos dona y le da sentido a la vida. Viene, no para ser adorado, sino para invitarnos a encontrarnos con Dios en el hombre, en el pobre.
María logra convertir una cueva de animales en un hogar en el que pueda nacer Cristo. Lo hace con unos simples trapos y una montaña de ternura. Prepara un hogar para que Cristo nazca. Lleva luz. Ternura. Vida que vence la oscuridad. María lo cambia todo con su presencia.