La imagen que nos acompaña durante la Cuaresma es la imagen del desierto: Necesitamos volver siempre al desierto para encontrarnos con el Dios de nuestra vida. En el desierto aprendemos a escuchar a Dios.
Cristo le regala el perdón al hombre que tiene fe y limpia así su alma. Libera su corazón, no sólo su cuerpo paralizado. Así actúa Cristo que da más de lo que pide el hombre paralizado. Cristo se fija en lo que realmente necesitamos y no sólo en lo que deseamos.
Los miedos nos hacen correr de un lado a otro inquietos o nos lleva a escondernos. Nos hacen ocultarnos detrás de una barrera o nos incapacitan para actuar. Pero cuando los enfrentamos, cuando los miramos cara a cara, los vencemos y ya no nos bloquean. ¿Qué miedos pesan hoy en nuestro corazón? ¿Qué miedos nos […]
Queremos pedirle a María que nos regale la capacidad para descubrir las necesidades de los que nos rodean. Así era María. Siempre atenta y buscando al necesitado. Así queremos vivir nosotros. Pensando en los demás, cuidando a los que nos rodean. Cuando nos centramos sólo en nuestra enfermedad, en lo que nos falta al no […]