XXVI Domingo Tiempo Ordinario
Cuando nos sentimos libres y contentos con lo que tenemos, dejamos de envidiar otras vidas y no deseamos lo que no poseemos.
Cuando nos sentimos libres y contentos con lo que tenemos, dejamos de envidiar otras vidas y no deseamos lo que no poseemos.
No basta con querer a las personas que Dios nos confía, es necesario que se sientan queridas por nosotros. En esa comunicación es necesario entregar todo nuestro amor.
Seamos creativos con ese tiempo que Dios nos regala para seguir sus pasos, para modelar su rostro con nuestras torpes manos. Basta con ser fieles a lo que somos, a lo que Dios nos pide. Pero, ¿quién es Jesús para nosotros?
Queremos recorrer el camino alegrándonos de la vida que se nos da. Dando gracias por el misterio de cada día sin quejas ni protestas. Entregamos lo más grande que Dios ha puesto en nosotros, nuestra capacidad de amar, de alentar, de sostener a otros, de disfrutar en pequeños sorbos la belleza de la vida.
Tal vez sea ésa la perfección que quisiéramos vivir cada día: vivir cada paso, sin miedo, sin angustia, confiando en el Dios que nos sostiene y camina a nuestro lado. Confiamos y damos cada paso a su tiempo. Sin prisa. Sin pausa. Somos camino por hacer, historia desgranada a cada paso. El tiempo pasa y […]