Homilía 16 de febrero 2014
Dios se alegra con nuestra lucha diaria, con nuestros esfuerzos por trepar alturas. Y disfruta cuando hacemos con placer lo que nos agrada, y vivimos la vida con una sonrisa y amamos.
Dios se alegra con nuestra lucha diaria, con nuestros esfuerzos por trepar alturas. Y disfruta cuando hacemos con placer lo que nos agrada, y vivimos la vida con una sonrisa y amamos.
La felicidad consiste en saborear la paz que da saber que recorremos el camino que Dios quiere. Siguiendo sus pasos, haciendo nuestros sus sentimientos, amando como Él lo hizo.
¿Cómo vivir ahora lo que comenzó hace 100 años? «Lo que heredasteis de vuestros mayores, conquistadlo para hacerlo propio» J. K. Queremos volver al origen, al comienzo de nuestra historia de Alianza, a las raíces, a lo fundamental, a lo más sencillo y puro que estaba en germen desde el comienzo. Quiero compartir algunas intuiciones, vías de […]
Permitimos que el amor de los otros se meta en el alma. Y ese amor nos habla de un amor más grande, más pleno, más lleno de luz. Ese amor nos lleva a Dios.
Nuestra vida consiste en vincularnos y echar raíces. Queremos que el alma descanse libremente en los vínculos que ha creado, en esos apegos que nos dan serenidad y paz.
Podemos mejorar, descubrir nuevos caminos, arriesgar sabiendo que podemos perder, luchar y esforzarnos porque la vida exige entrega. Cuando nada damos, cuando no sembramos, nada nos llegará de lo alto.
Cuando experimentamos el amor nos hacemos más capaces para la misión. Cuando tenemos la certeza del amor en nuestra vida soñamos alto y aspiramos a las cumbres.
Te mando la homilía grabada de hoy. No en PDF, sólo en sonido. Felices reyes. Venimos a adorarle. La puerta de la felicidad se abre hacia fuera, no hacia dentro. El día de hoy tiene algo de alegrar a otros. De ilusionarnos. De misterio, cuando no lo controlamos todo.De asombro.
La Navidad debería ser más silencio, más contemplación. Ante el niño que nos sonríe sólo nos queda mirar. Buscar la paz de ese Dios que habita en mi silencio.
Es el deseo del corazón. Que Dios nos tenga en la palma de su mano. Nos hable, nos escucha, nos abrace. Es el deseo para comenzar a caminar seguros en este año en blanco que se nos presenta como un regalo.
Por eso la Navidad un tiempo para aprender a querer sin rencores, a abrazar sin sentimientos de rechazo. Es un tiempo de perdonar y ser perdonados.
Viene su luz, su paz. Confiamos como niños. Es posible que todo cambie, creemos. Y el corazón se alegra. Es Navidad. Es la noche santa. Es el día lleno de luz. Dios hecho carne.
Dios mío, si pudiera comprender que naces también en mi alma. Mi corazón es pobre, ya lo ves, un pobre establo en Belén(…). Señor ven, habita esta noche en mi alma.
La Iglesia nos invita a mirar a José. Lo único que le pide Dios a José esa noche es que tome a María y que no la deje. No le explica cómo va a ser toda su vida de golpe, simplemente le pide que dé un primer paso, sólo uno. Luego vendrían muchos más. Le […]
Los grandes ideales, son los que ensanchan el alma y no nos dejan conformarnos con lo que tenemos. Siempre podemos seguir caminando alegres una etapa más, dar algo más. Aunque sea oscuro vendrá la luz en algún momento. La alegría de soñar con la meta pero disfrutando la etapa. La alegría de caminar con alguien […]
Hay mayor alegría en dar que en recibir. Pero con frecuencia queremos recibir cuando damos, y obtener algo a cambio cuando entregamos.
La capacidad de amar es el mayor talento que podemos suplicar. No lo es tanto la eficacia, ni la inteligencia, ni la fuerza, ni las capacidades que Dios nos regala. Es la capacidad que Dios ha puesto en el alma de amar desde lo profundo, desde lo más hondo. Ese don del Espíritu que nos […]
La capacidad de amar es el mayor talento que podemos suplicar. No lo es tanto la eficacia, ni la inteligencia, ni la fuerza, ni las capacidades que Dios nos regala. Es la capacidad que Dios ha puesto en el alma de amar desde lo profundo, desde lo más hondo. Ese don del Espíritu que nos […]
«El Reino de Cristo parece ineficaz, porque su fecundidad no se centra en los números, en los logros impresionantes. Nace en el silencio, se manifiesta sin que nos demos cuenta».
El amor de Dios nos busca, nos seduce, calla y aguarda a nuestra puerta. Las obras de este mundo son caducas y no calman la sed de infinito que todos tenemos.