Los acontecimientos de nuestra vida son esos misterios que nos ayudan a descubrir la mano de Dios guiando nuestra barca. Esos sucesos pasados nos dan ánimo, nos ayudan a caminar.
En un día de tanto ruido exterior – la final de la Champion, las elecciones europeas, que verdad es Padre Carlos que no hay nada peor que olvidarnos de las cosas importantes.
Olvidarnos de tantas cosas que realmente nos deberían importar y que están por encima de ese ruido que nos aturde y nos deja sordos ante la llamada de Dios.
El pasado Domingo he tenido la suerte de vivir uno de esos momentos felices que Dios nos reserva en nuestra vida y que tanto ayudan a encontrar el verdadero sendero de cada uno hacía el Cielo.
Acompañado de toda mi familia en la Catedral de Santiago de Compostela en la Misa Mayor de las 12, Dios quiso que viviera una de las Misas más emotivas de toda mi vida.
Situados amablemente en el crucero de la Catedral pudimos escuchar y rezar la Misa dedicada a la Sagrada Familia que tuviste la oportunidad de oir por primera vez hace ahora más de un año en la Iglesia de las Madres Dominicas de Claudio Coello de Madrid. Un Coro de más de 20 cantores interpretó brillantemente las oraciones de la Misa con una emotiva entrega. Fueron momentos de una sincera y sentida emoción que mi mujer y yo nunca olvidaremos y que nuestros hijos y nietos espero que tampoco.
En el momento de las ofrendas tuve la oportunidad de leer una invocación al Apóstol Santiago pidiendo por España, el Papa, La iglesia de española con un ruego muy especial para nuestras madres hijos y nietos. Fué como si Dios nos hubiera mirado con una sonrisa al vernos tan emocionados y cercanos.
Estoy seguro que María, pilar sobre el que se edificó la Sagrada Familia, sintió ese día, la misma alegría que nuestra madre desde el cielo al ver a sus hijos nietos y bisnietos reunidos en Santiago dando gracias a Dios por habernos dado unos padres que con tanto esfuerzo y cariño nos educaron en la Fe de Cristo.
Un fuerte y emocionado abrazo
En un día de tanto ruido exterior – la final de la Champion, las elecciones europeas, que verdad es Padre Carlos que no hay nada peor que olvidarnos de las cosas importantes.
Olvidarnos de tantas cosas que realmente nos deberían importar y que están por encima de ese ruido que nos aturde y nos deja sordos ante la llamada de Dios.
El pasado Domingo he tenido la suerte de vivir uno de esos momentos felices que Dios nos reserva en nuestra vida y que tanto ayudan a encontrar el verdadero sendero de cada uno hacía el Cielo.
Acompañado de toda mi familia en la Catedral de Santiago de Compostela en la Misa Mayor de las 12, Dios quiso que viviera una de las Misas más emotivas de toda mi vida.
Situados amablemente en el crucero de la Catedral pudimos escuchar y rezar la Misa dedicada a la Sagrada Familia que tuviste la oportunidad de oir por primera vez hace ahora más de un año en la Iglesia de las Madres Dominicas de Claudio Coello de Madrid. Un Coro de más de 20 cantores interpretó brillantemente las oraciones de la Misa con una emotiva entrega. Fueron momentos de una sincera y sentida emoción que mi mujer y yo nunca olvidaremos y que nuestros hijos y nietos espero que tampoco.
En el momento de las ofrendas tuve la oportunidad de leer una invocación al Apóstol Santiago pidiendo por España, el Papa, La iglesia de española con un ruego muy especial para nuestras madres hijos y nietos. Fué como si Dios nos hubiera mirado con una sonrisa al vernos tan emocionados y cercanos.
Estoy seguro que María, pilar sobre el que se edificó la Sagrada Familia, sintió ese día, la misma alegría que nuestra madre desde el cielo al ver a sus hijos nietos y bisnietos reunidos en Santiago dando gracias a Dios por habernos dado unos padres que con tanto esfuerzo y cariño nos educaron en la Fe de Cristo.
Un fuerte y emocionado abrazo