Sólo un leproso conoció el corazón de Jesús de verdad, su mar de misericordia, su mirada hasta el fondo del corazón. Sólo él comenzó con un corazón nuevo. Es la actitud del que sabe que todo es don, que nada le pertenece y a nada tiene derecho. Del que no se queja continuamente exigiéndole a la vida que le dé lo que le pertenece. ¿Cuántas veces nos quejamos a lo largo del día? ¿Está el agradecimiento en nuestros labios con frecuencia?
Gracias, Señor, por curar mi fe!!!
Estoy totalmente de acuerdo en lo importante que es agradecer a Dios , a la Virgen y a la gente que nos rodea y anima a seguir luchando ante las dificultades de la vida. Sobretodo, cuando Dios nos regala el don de la fe. Cuando aprendes a confiar en él y le pides aquello que más necesitas. (como en esta homilía el leproso pide su curación ) , y acude a él con coraje porque cree en su misericordia. Sin olvidar darle las gracias por volver a estar sano.
Si de algo me alegro de mi enfermedad, es que he aprendido a saber lo que realmente significa confiar en Dios. Y, cuando me acecha el miedo es la confianza lo único que me queda. También sentirme apoyada y rezada me llena de paz.
Yo sí te Pido Dios mío , el que esté en tus planes el curarme tarde o temprano y confío plenamente en ello. Y, cuánto deseo que llegue ese día en que pueda celebrar una misa de acción de gracias .
De momento , cada día te las doy porque siento que me llevas de la mano y cuando no puedo hasta debes llevarme en brazos. También por haber conocido Schoenstatt y disfrutar de las tres gracias que María me ha dado: transformación interior, cobijamiento y envío apostólico. A veces miro hacia atrás y pienso en que estaba peor que ahora preocupándome por nimiedades y sin dejarme moldear por Dios. Me parecía como alguien me dijo una vez a «un caballo desbocado casi salvaje y difícil de domar».
Por ello, quiero agradecer a la Virgen mi transformación interior. Y, la dedicación de mi Director Espiritual que me guía , moldea y me enseña a portarme cada vez mejor como cristiana e hija de Dios.
El que me regalen cada martes una Hora de adoración. Donde vienen amigos que no conocían el Santuario y me confiesan que ya no sólo van para pedir por mí sino más bien porque salen renovados y con ganas de volver ¡es una alegría! Y, encima . cuento con el cariño y apoyo de mi familia y amigos .
¿Qué puedo decir?
GRACiAS!!!!!
y
«Madre nada sin ti, Nada sin nosotros»
Tienes toda la razón y qué bonito lo que compartes. Es verdad, siempre, incluso en los momentos peores, es sanador que estemos agradecidos a Dios y a tantas personas que Él pone en nuestro camino. Cuando no agradecemos perdemos una oportunidad muy valiosa de sembrar esperanza. Gracias por tu comentario. Me ayuda mucho. Rezo por ti.