El océano y el río. Texto: P. Joaquín Allende. Música: P. Carlos Padilla
C G a C
Muro de hielo, torrente de montaña,
E a F G
bajando desbocado, sin remansos ni playas
C G F C G
1. Así era mi alma antes de que Tú llegaras,
F G C a
antes de tu vida sosteniendo la mía
F G C F G
antes de tu barca, tomando posesión de mi historia.
C G F
Desde cuando acepté, que me alzaras como río en el
G a C G
hueco de tu mano, para hacerme el alma navegable
F G F C
con la temperatura de tu paz.
F
2. Desde entonces pueden recorrerme los navíos
G E a
y los débiles, sin peligro de encallar en mi dureza,
F G
pueden recorrerme a su velocidad mejor,
C E F G
pueden por merced tuya María, pueden dentro de mi,
C F G F C
pueden dentro de mi, alcanzar, el océano del Padre.
Que ilusión, padre. Me encanta cuando en las canciones es usted mismo el que canta. Aunque no sea tan perfecto, je, tiene la perfección de ser original y personal. La perfección de ser simplemente suyo. Mucho animo. Me encanta también que dedique tiempo a sus canciones.
Un abrazo. Shm
Qué forma más hermosa de contar el encuentro con María, el antes y el después. Es preciosa y me conmueve. Oírla es recorrer mi vida y me llena de agradecimiento. Tú pones música a lo que yo no sé explicar, ese milagro de que Dios usa mi río desbocado para hacerme navegable. Gracias.
Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales,
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente,que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas.
Que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega hasta todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.
Lima Quintana